libro: 19 – Capítulo V

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DR. MIGUEL GUZMÁN DE LAS CASAS

Quinto Presidente de AMVEC

1981-1983

Dr. Miguel Guzmán de las Casas

El médico veterinario zootecnista Miguel Guzmán de las Casas nació el 14 de noviembre de 1944 en la ciudad de México, en el Sanatorio de Nuestra Señora de Lourdes de la Colonia Roma, ubicado en la avenida Álvaro Obregón de la ahora antigua y señorial Colonia Roma.

Su padre fue el doctor Roberto Guzmán Jaso, capitalino pero de origen duranguense, quien fuera un distinguido médico pediatra que ejerció su práctica profesional laborando para la Secretaría de Salubridad y Asistencia y como profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Su madre es la señora Isabel de las Casas Rojas, oriunda de la ciudad de México, pero de ascendencia andaluza pues su familia paterna emigró de Sevilla, España. Doña Isabel fue enfermera de profesión y se dedicó por supuesto al cuidado de sus hijos y de su hogar. Actualmente, con 89 años, goza a pesar de su avanzada edad de una relativa buena salud.

El matrimonio Guzmán de las Casas procreó a seis vástagos, todos varones. Roberto, el mayor de los hijos, nacido en 1942, médico pediatra, fallecido en un desafortunado accidente de aviación en 1973; Miguel, nuestro biografiado, nacido en 1944; Jorge Antonio, ingeniero civil nacido en 1946, Carlos nacido en 1948, ingeniero químico con maestría y doctorado; Marco Antonio nacido en 1950, médico pediatra, como su padre y su hermano mayor; y Alejandro, quien vio la primera luz en 1961, de profesión ingeniero químico. 

Los seis hijos de la familia Guzmán de las Casas es tán profundamente orgullosos de haber hecho, todos ellos, sus estudios universitarios y de haber egresado de la UNAM, máxima casa de estudios de México.

El padre de nuestro biografiado falleció en 2001 y su madre vive retirada en la casa para personas de la tercera edad Reina Sofía de España en Tepepan, ubicada en el sureste de la ciudad de México.

Las primeras letras

Miguel cursó sus estudios básicos en la Escuela Oficial Primaria Benito Juárez, ubicada en las calles de Jalapa de la Colonia Roma entre 1951 y 1956. La formación secundaria la cursó en la prestigiada Escuela Oficial Secundaria Número Tres. Héroes de Chapultepec, ubicada sobre la avenida Chapultepec de la Colonia Juárez de 1957-1959.

Esta institución de educación secundaria alcanzó en sus tiempos una gran reputación, pues en sus aulas se formaron tres jóvenes estudiantes que en el devenir del tiempo serían presidentes de México. Ellos fueron: Luís Echeverría Álvarez, José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari.

Nuestro biografiado estudió el bachillerato entre 1960 y 1961, en la igualmente prestigiada y antigua Escuela Nacional Preparatoria Número Uno, ubicada en las calles de Justo Sierra, institución heredera de cuatro siglos de enseñanza, pues dicho edificio fue construido y ocupado durante el periodo virreinal por el Colegio Jesuítico de San Ildefonso, que se halla detrás de la Catedral Metropolitana, en lo que es ahora el Centro Histórico de la capital mexicana.

Una infancia y juventud en los tiempos de oro de México.

A la pregunta de cómo fue su infancia y juventud, Miguel responde con añoranza:

Vivíamos en una colonia llamada San Pedro de los Pinos en el sur de la ciudad de México, ubicada entre la avenida Revolución y la avenida Cuatro que después se llamaría avenida Patriotismo y por donde circulaba un tranvía sobre un terraplén elevado. Era una colonia muy bonita y arbolada. Sólo había casas unifamiliares, no había aún edificios. Nuestra casa estaba ubicada en la Calle 7, número 79. Fueron tiempos muy divertidos pues había muchos niños. Por las tardes después de haber hecho la tarea, éramos libres y podíamos salir a jugar en las calles. Íbamos en bicicleta a la recientemente construida Monumental Plaza de Toros México y al Estadio de los Deportes. De ahí nos escapábamos a la Colonia Nápoles. Eran tiempos que la ciudad de México era muy segura, por otro lado, casi no había autos en las calles.

Esta zona de la capital fue en su tiempo, zona de hornos para hacer ladrillos. Había muchas tabiqueras, de ahí que hubiera muchos hoyos. Por ejemplo, el actual Parque Hundido que está sobre la avenida Insurgentes fue producto de esa actividad ladrillera.

También había campos cultivados con maíz. Las milpas eran muy extensas. Recuerdo que en esos grandes terrenos baldíos se instalaban circos, como los famosos Títeres de Rosete Aranda.

¿Que recuerdos tienes de la Prepa Uno?

Eramos tan felices en nuestra Colonia de San Pedro de los Pinos, que tuve pocos amigos en la prepa. Jugué fútbol americano en la Liga Juvenil con el equipo Escorpiones Rojos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, a pesar que apenas yo estaba en bachillerato.

Para mí, ingresar a la Preparatoria Uno fue un cambio muy fuerte, pero muy placentero. Ya no teníamos que usar uniforme y lo mejor todo fue que había muchachas en el bachillerato. Aún tengo muy fresco en la memoria que teníamos que tomar el tranvía de las seis y quince de la mañana para poder llegar a clases de las siete en el edifico barroco de San Ildefonso en pleno centro de la ciudad. Los estudios se me daban con facilidad. El inglés era uno de los “Cocos”, pero debido a que a la edad de siete años fuimos en coche desde México hasta Estados Unidos con mi tío Samuel, primo de mi papá, a hacer una estancia en Pontiac, Michigan, en 1951, oportunidad durante la cual aprendí a hablar dicho idioma. Recuerdo que llegamos justo el día de Halloween, hacía mucho frío y pronto empezó a nevar.

La formación universitaria

¿Cómo surge tu vocación por la medicina animal?

Mi padre como médico pediatra hablaba mucho de medicina humana en casa, de sus casos y de sus enfermos. De hecho tuve dos hermanos médicos, sin embargo, siempre me incliné por la medicina veterinaria por mi amor a los animales. Pienso que mi vocación surgió desde que yo estaba en la secundaria. Cuando entré a la prepa, durante el primer año me orienté al bachillerato de Ciencias Biológicas, cursando materias como Química, Botánica y Zoología. Durante el segundo año llevé materias como Biología, Química Orgánica, Higiene, Zootecnia general y otras más del área de las ciencias biomédicas.

Ingreso a la Escuela Nacional de Medicina

Veterinaria y Zootecnia de la Unam.

Inicié mis estudios de medicina veterinaria en 1962. Me tocó una coyuntura muy especial. Tuve grandes maestros de la vieja guardia como Rubén Fraustro en Anatomía; Salomón Molerés, en Química; la maestra Angelita Medina Navascués, en Histologia, todos ellos pertenecientes a la vieja guardia, pero en esos años empezaban a llegar procedentes del extranjero en donde habían hecho estudios de postgrado, jóvenes maestros que se incorporaban como docentes en nuestra escuela. Fue el caso del doctor Ramiro Ramírez Necoechea, Heberto Esparza, Héctor Quiroz Romero. Recuerdo que Ramiro retornaba de sus estudios de postgrado en Cambridge, Inglaterra, e iba a la escuela con paraguas y en algunas ocasiones con bombín. Formé parte del primer grupo de alumnos de Necoechea. Es ahí que surgió mi gran amistad, mi gran reconocimiento y mi gran cariño por él.

Durante el tercero y cuarto año de mi carrera seguí estudiando a medio ritmo, pero hubo un momento que verdaderamente me tuve que aplicar a fondo. El doctor Pablo Zierold tomó la decisión de concentrar a todos los estudiantes irregulares para estudiar en el turno de la tarde. Un grupo de alumnos le solicitamos presentar el examen a título de suficiencia. Lo aprobé y de esta manera pasé Virología y quedé como alumno regular y desde entonces me puse a estudiar fuertemente, de tal manera que obtuve uno de los mejores promedios de mi generación. Por ejemplo, saqué diez dieces en quinto año.

Tomé la cátedra de Clínica de Canideos con el doctor Guillermo Schnaas que era exigentisimo. Todos los alumnos le daban la vuelta, nos quedamos sólo cuatro alumnos en su grupo. Fue un gran maestro y aprendí mucho con él. Llevé Clínica de Aves con el doctor Manuel Olvera, Clínica de Cerdos con Ramiro Ramirez Necoechea, Clínica de Bovinos con el doctor Gerardo Lamel Schon, Genética con el doctor Alfonso Anguiano y Samuel Baldwin me dio Farmacología.

Tesis de licenciatura y examen profesional

Mi tesis de licenciatura se intituló: Introducción al Estudio de la Policía Sanitaria (Cuarentena Tipos), el cual fue un estudio de diagrama de flujos en el desarrollo de cuarentenas y presenté mi examen profesional en abril de 1968.

El inicio de una brillante carrera profesional

Miguel inicia su práctica profesional en una clínica de perros en Tacubaya, propiedad del doctor Antonio de las Casas, un tío materno; sin embargo, convencido que esta especialidad de animales de compañía no era de su gusto, se orienta hacia la medicina y hacia la zootecnia de animales productores de alimentos.

En realidad mi primer trabajo fue cuando yo estaba en cuarto año de carrera, como maestro de Laboratorio de Biología en la Escuela Secundaria número 21 en Tacubaya. Fue también cuando tuve mi primer contacto con cerdos en una pequeña granja que tenía una tía, hermana de mi papá en el barrio de Santa Fe, en elponiente de la ciudad de México en la salida a Toluca.

Después, al salir de la escuela, empecé a buscar trabajo fuera de la ciudad en el Banco Agropecuario. Como joven profesionista estaba convencido que México necesitaba de alimentos para satisfacer las necesidades de su población.

El primer «Momegara»

Fue entonces que Ramiro Ramirez Necoechea me llamó en 1968 para ofrecerme trabajo como su asistente durante seis meses, advirtiéndole antes que el trabajo era muy duro y sin paga, pero eso sí, que iba aprender mucho de clínica de cerdos. Acepté gustoso. Creo que fui uno de los primeros esclavos de Ramiro. En un momento determinado fuimos conocidos bajo el apelativo de «Momegara”, acrónimo que significaba: «Mozo, mensajero y gato de Ramiro».

Durante las mañanas hacía trabajo clínico en las granjas, en particular en la Granja Covadonga que estaba en Amecameca, Estado de México, y por las tardes me iba a hacer necropsias al Laboratorio de Patología y Diagnóstico de Cerdos de Palo Alto del cual Ramiro era responsable, en lo que fuera el prestigiado Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias, conocido como INIP.

El primer empleo de una larga carrera en el
sector público y en la academia

Transcurridos esos seis meses, el colega Necoechea me consiguió trabajo en una granja de cerdos en Aguaruto, Sinaloa. El director técnico de esa granja era en esos momentos un extraordinario veterinario clínico estadounidense y maravillosa persona, me refiero al doctor Daniel Hagen, quien vivía en Los Mochis.

Llegué en el mes de noviembre de 1968. Compramos el pie de cría en Tucson Arizona y en Lubbock, Texas. Esta granja sinaloense fue la primera granja más grande del noroeste de nuestro país, pues manejaba más de mil vientres y contaba con sistema de foggers, las cerdas estaban alojadas en slats, es decir, sobre rejillas, etcétera.

Regresé a la ciudad de México para casarme en abril de 1969. Fue cuando nuevamente Ramiro me ofreció trabajo en la Renaldi, quiero decir, en la Red Nacional de Laboratorios de Diagnóstico. Trabajé igualmente en el Rastro de Ferrería de la ciudad de México en inspección sanitaria.

En 1970 participé en la Campaña Nacional contra La Encefalītis Equina Venezolana como miembro de las brigadas sanitarias en Chiapas y en paralelo hice clínica de cerdos en el campo. Para 1971, me incorporé a la Campaña Nacional contra la Tuberculosis Bovina. En esos momentos me llamó el doctor Gustavo Reta Peterson para ofrecerme ser subjefe de dicha campaña y ese mismo año asciendo como epizootiologo de la Renaldi.

Es en este mismo año de 1970, participé en el VI Congreso Nacional de AMVEC de Cuernavaca, Morelos, y me hice miembro de ella.

Para 1972, se fundó la Comisión Nacional de Porcicultura y me mombrun asesor técnico de ella. Al retormar al campo de los cerdos me percaté cuánto extrañaba esta área tan querida por mí. Uno de los objetivos de la comisión era estabilizar los precios de la carne porcina, primero en el Valle de México y después en el resto del país.

Entre 1973 y 1977, laboré en el Instituto Mexicano de Comercio Exterior en la promoción de productos pecuarios para el mercado internacional. En 1978 salí del IMCE para retornar a la Dirección General de Sanidad Animal como coordinador de Sanidad Animal en el noroeste durante dos años, es decir, entre 1978 y 1979.

Para 1980, el doctor Enrique Salinas Aguilera, quien era el director de la Dirección General de Avicultura y Especies Menores, me invitó a colaborar con él como subjefe del Departamento de Porcicultura. Permanecí en esta posición hasta 1983.

Con el doctor Alfonso Sánchez Anaya, quien era director de Desarrollo Ganadero. Fui asesor en Porcicultura de 1983 a 1984.

Para eso, empiezo a dar clases de Clínica de Cerdos y de Zootecnia de Cerdos en Fes Cuautitlán en 1977. Al paso del tiempo gané por oposición la Cátedra de Zootecnia de Cerdos, de esta manera me convertí en profesor de tiempo completo durante 15 años, es decir, de 1977 a 1992, culminado como jefe de la Sección de Zootecnia de la Facultad Estudios Superiores, FES Cuautitlán.

Los vientos del cambio soplan de norte

Estando laborando como profesor de la UNAM en Cuautitlán, hice contacto en 1989 con la empresa porcina Ken-O-Kaw productora de pie de cría de cerdos que se halla al sur de Illinois, en los Estados Unidos. Me contraté con ellos y de esta manera comencé a promover esta línea genética porcina en México.

Las cosas marcharon tan ben que en 1992 tomt decisión de dejar mis actividades academies en sex Cuautitlan y hice la gran decisión de establecer en San Antonio, Texas, con el objeto de trabajar con le O-Kaw; sin embargo, nadie podía prever ni imaginar que iba ocurrir el devastador error de diciemère de 1995 del presidente Emesto Zasillo Ponce de Leone cual provocó la devaluación del peso mexicano y la catástrofe que arruinó la economía mexicana ya tantos y tantos mexicanos en 1995. Debido a esto perdimos competitividad en las exportaciones de la genética porcina americana a nuestro país y mis grandes proyectos se vinieron abajo.

A grandes males, grandes remedios

Teníamos a nuestros tres hijos en plena educación universitaria y los gastos en casa eran muy fuertes. Me vi obligado a hacer un enorme cambio en mi vida. Tome cursos de medicina natural y alternativa en Austin y California. Estudié y me capacité en las áreas de la acupresión, la auriculoterapia, la magnetoterapia y la iridología. Estos cursos los tomó también Sandy.

Establecimos dos clínicas de control de peso en San Antonio desde 1995, que conservamos mi esposa y yo hasta la fecha.

Estudios de postgrado

Nuestro biografiado hizo estudios sobre Fiebre Porcina Africana, el Plum Island, en Nueva York en 1971 y sobre Fiebre Porcina Clásica en Ames, Iowa, durante el mismo año en 1971. Tomó cursos de Mercadotecnia, Administración y de Toma de Decisiones en el Centro de Estudios de Comercio Internacional del Instituto Mexicano de Comercio Exterior en 1975, 1976 y 1977.

Asimismo, tomó cursos de Epizootiología y de Campañas Sanitarias impartidas por el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), a través de la Dirección General de Sanidad Animal de la SARH, así como cursos de actualización en Producción y Sanidad Porcina organizados por AMVEC, Asociación Latinoamericana de Veterinarios Especialistas en Cerdos (ALVEC), fes Cuautitlán, y por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Contribuciones

Tengo la satisfacción de haber contribuido con Ramiro Ramírez Necoechea y con Carlos Pijoan, al escribir un capítulo para el libro Enfermedades del Cerdo.

El entorno familiar

Miguel Guzmán de las Casas conoce a la señorita Sandra Harris Mills, de padre irlandés y madre inglesa, nacida en Birmingham, Inglaterra, y emigrada a México a los quince años, quien sería al paso del tiempo su esposa y la compañera solidaria de su vida. La joven pareja se conoció durante una fiesta para recaudar fondos para la construcción de la iglesia parroquial de la Colonia Romero de Terreros de Coyoacán en 1966. Salen como novios durante tres años y formarnos y formalizan su relación siendo aún muy jóvenes al contraer matrimo contraer matrimonio en abril de 1969.

Miguel y Sandy, quienes llevan orgullosamente y con una gran frescura 42 años de casados, procrearon tres hijos varones, todos  nacidos en la cura ciudad de México, Miguel, el mayor de 42 años de edad, chef ejecutivo de profesión y laborando como tal en Londres, casado con Yvonne, originaria de Singapur y aún sin descendencia. Actualmente Miguel junior estudia Escenografía en The Royal Academy of Dramatic Art en Londres, Inglaterra.

Roberto James, nacido en 1972, falleció poco antes de la publicación de este libro en San Antonio, Texas, víctima de cáncer cerebral. Miguel y Sandy con una gran entereza y valor hacen frente a este grande e infinito dolor, causado por la irreparable pérdida de su querido segundo vástago, a la cual me uní y compartí con gran pena y tristeza durante la entrevista. Roberto de 39 años, fue un brillante joven profesionista que obtuvo su diploma en administración de empresas por la Universidad de Massachussets, en Amherst.

Roberto James laboró en ayuda humanitaria a través de la Cruz Roja Internacional en Indonesia, Jerusalén, Franja de Gaza y Jordania. También colaboró en conjunto con el gobierno italiano en el área de Protección Civil. Mientras laboraba como voluntario en apoyo del pueblo palestino en la Franja de Gaza, tuvo una recurrencia de un tumor cerebral que le había afectado hacía diez años.

El tercer hijo de Miguel y Sandy es Alan, de 35 años de edad. Hizo sus estudios en Antropología en la Universidad de Texas, en el campus de San Antonio. Actualmente vive y labora en Bromsgrove, Birmingham, Inglaterra. Casado con una hermosa chica inglesa de nombre Kate, les han dado la inmensa alegría de regalarlos con dos nietos, Diego James de tres años y Farrah Sienna de un año de edad. Alan actualmente estudia su Maestría en la Universidad de Worcester.

Gestión del doctor Miguel Guzmán de las Casas
como Quinto Presidente de AMVEC
1981-1983

El primer contacto con AMVEC

Miguel tiene su primer contacto con la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos, cuando participa en el vi Congreso Nacional de AMVEC que se llevó cabo en Cuernavaca, Morelos, en 1970, que de hecho fue la ocasión en la que se funda formalmente AMVEC con la presencia histórica de los que serían sus socios fundadores, notablemente figuras ahora paternales que a través de sus ricas vidas profesionales hicieron grandes sus aportaciones a la medicina porcina, a la zootecnia de cerdos y la producción porcícola mexicana. Entre ellos, Ramiro Ramírez Necoechea, Silvia Díaz Soto de Cabrero, Miguel Garibay Solorio, Jorge Mercadillo Rodríguez, Miguel Arenas Vargas, Juan Manuel Maya, Jorge Green y Jorge Rivera.

¿Miguel, cómo fue tu primera experiencia con Amvec?

Recuerdo que fui a Cuernavaca con mi esposa. Sandy estaba embarazada de nuestro primer hijo. Para mí fue una reunión memorable este VI Congreso Nacional de AMVEC. Digo que fue memorable e histórico porque fue ahí, en el Hotel Casino de la Selva, que se fundó formalmente y en lo práctico nuestra querida y prestigiosa asociación.

Recuerdo también que durante una de las actividades sociales los congresistas fuimos invitados a una comida en el rancho del colega Roberto Abe Almada. Íbamos en un autobús, pero el camino de terracería era malo y Sandy, mi esposa, casi da a luz por causa de tantos brincos y movimientos.

A partir del congreso de Morelos, prácticamente participé en todos y cada uno de los congresos durante los siguientes años. Durante la gestión de Jorge Mercadillo como tercer presidente de AMVEC en 1977, Jorge me invitó a formar parte de su mesa directiva para fungir como su secretario.

Años más tarde, durante el XVI Congreso Nacional de AMVEC de Mazatlán 1980, solicité organizar el XVII Congreso Nacional de Ixtapa-Zihuatanejo, la gano y me convertí así, en vicepresidente de AMVEC en 1981.

Durante este congreso fue donde se manejó por primera vez la modalidad de conferencias simultáneas, así como las conferencias magistrales, como un adelanto de lo que sería el año siguiente el Congreso de ipvs. También en Ixtapa se iniciaron actividades tanto para niños y esposas, y fue la primera vez que Manolo Berruecos comenzó a impartir sus conferencias culturales.

En 1982 no hubo congreso de AMVEC por haberse unido al IPvs. Participé en el Congreso Mundial de la International Pig Veterinary Society de agosto de 1982 en la ciudad de México. Yo fui el vicepresidente de la IPVS, Ramiro fue el presidente y Carlos Pijoan fue el secretario de ese magno evento.

A continuación organicé el XVIII Congreso Nacional de AMVEC en Puerto Vallarta en el Hotel Fiesta Americana en 1983, con una participación de aproximadamente 350 congresistas. El programa científico fue de la más alta calidad, además fue un evento muy familiar con la participación de muchos niños, hijos de los colegas.

Mi mesa directiva estuvo compuesta básicamente de la manera siguiente:
Presidente: Miguel Guzmán de las Casas
Vicepresidente: Joaquín García Rivas
Secretario: Francisco Javier González Padilla

Aportaciones

Durante mi gestión el presidente de México era José López Portillo. A lo largo de los primeros años de su sexenio la economía mexicana marchó extremadamente bien.La porcicultura nacional despegaba con mucha fuerza. Sonora era un estado verdaderamente ejemplar, la actividad porcícola estaba en su apogeo, con prácticas muy de avanzada, muy profesionales.

Las entidades infecciosas que tuvimos que enfrentar fueron, la Fiebre Porcina Clásica, había muchos brotes de Rinitis Atrófica y de enfermedad de Au jeszky. Eran comunes los abortos por leptospirosis y, además, recuerdo había mucha erisipela porcina.

Con respecto a novedades técnicas, puedo mencionar los avances aportados por los foggers y las slats y los flush tanks.

Durante aquellos años de trabajo clínico en campo me sentía como pionero en mi labor.

Siempre fui enemigo de las exposiciones ganaderas, debido a los enormes riesgos de transmisión de enfermedades infecto-contagiosas. Por otro lado, promovió el establecimiento de pruebas de progenie y de comportamiento a nivel oficial.

Cuando comento que en algunas facetas de mi trabajo me sentí como pionero, puedo mencionar nuestra labor en Sonora, cuando forzamos al establecimiento de granjas de progenitoras y reproductoras, por ejemplo Portek y Genpro, y en el caso de los porcicultores de Michoacán, los conducimos a ser verdaderos porcicultores de ciclo completo y no meramente engordadores de cerdos.

Intenté ampliar los horizontes de los veterinarios dedicados a la medicina porcina y a la zootecnia de los cerdos. No sólo en los aspectos clínicos y productivos, sino en los niveles macroeconómicos. Hice toda una carrera profesional a nivel gubernamental, a nivel de los sectores descentralizados, a nivel oficial y a nivel académico.

Recuerdo que contribuí al diagnóstico del Erysipelothrix rhusiopathiae en el Valle de México en 1970. Como profesor de la UNAM dirigí quince tesis profesionales a nivel de licenciatura.

Fui conferencista nacional e internacional a través de mi vida profesional sobre diversos temas en medicina y producción porcina.

En el área de la zootecnia contribuí al mejoramiento de la calidad genética del hato porcino en México desde los aspectos económicos-productivos. Sigo pensando aún que la productividad es la clave gremial de AMVEC Retos y desafíos Pienso que el reto más grande que tuvimos fue la enorme responsabilidad de organizar el congreso mundial de la International Pig Veterinary Society en agosto de 1982, el cual resultó ser un completo y rotundo éxito.

Retos y desafíos

Pienso que el reto mas grande que tuvimos fue la enorme responsabilidad de organizar el congreso mundial de la Internacional Pig Veterinary Society en agosto de 1982, el cual resultó ser un completó y rotundo éxito.

Epílogo

Emocionado, Miguel acota:
La importancia que ha tenido mi vida a todos los niveles, la puedo resumir en tres aspectos:

1. La vertiente de mi vida familiar

2. El área de mis actividades profesionales

3. La vertiente de mi vida como individuo. Por ejemplo, mi inclinación por el deporte. Soy cinta negra en Tae Kwon Do, que es el arte marcial coreano.

Además, me puedo considerar como un melómano. Amo la música clásica. Voy muy a menudo a los conciertos de Orquesta Filarmónica de San Antonio, y tengo una colección de más de tres mil piezas de música clásica.

El balance de estas áreas ha dado, ha proveído, ha colmado de felicidad mi vida y mi existencia.

Mi esposa Sandy y yo llevamos 43 años de casados. Ella fue mi primera y la única novia que he tenido en mi vida. Mis padres duraron 60 años de casados. Espero hacer lo mismo con Sandy. Nuestros hijos son una mezcla muy bonita y muy exitosa de sangre mexicana, sangre inglesa y sangre irlandesa. Los tres son totalmente bilingües y biculturales, muy orgullosos de haber nacido en México y por lo tanto de ser mexicanos. Sandy y yo estamos profunda y genuinamente orgullosos de ellos.

AMVEC

La Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos me abrió un mundo de posibilidades, de amistades y de cariño. Mis mejores amigos son mis colegas de AMVEC. Nuestra asociación gremial me abrió nuevos y amplios horizontes de lo que significa trabajar en grupo para alcanzar grandes metas comunes.

La porcicultura mexicana a nivel regional y nacional fue una antes y después de Ramiro Ramirez Necoechea y de la fundación de AMVEC. Ramiro siempre será para mí, mi maestro y estoy orgulloso de haber sido su asistente y su colaborador.