Mi nombre es Francisco Javier González Padilla Padilla y soy médico veterinario zootecnista egresado de la UNAM, de la generación 70-74. Cuando yo salí de la carrera, la porcicultura era muy diferente a la actual. Para que te des una idea, si tú estabas terminando 15 o 16 cerdos al año, eras un buen productor. Y estás hablando de que traían conversiones alimenticias de cuatro o cuatro y media horas. Actualmente, estamos hablando de terminar 34 o 35 cerdos de 110 kg, antes eran de 90 kg, y estás hablando de una eficiencia de producción, conversiones alimenticias ya globales, de 24 o 26. O sea, es otra porcicultura totalmente cambiada. El cambio fue muy, muy grande, muy grande para bien.
En principio, muchas veces te pones a pensar que con todo el rollo de bienestar animal fue bueno, fue muy eficiente para la producción. Pero ¿y los animales qué? Que también hay una cosa, un animal que demuestra su estado de confort con la producción, con la productividad. Entonces, bueno, ¿qué pasó? No, porque si están más productivos y están con mayor confort, tienes que darles ese confort.
Yo, cuando terminé la carrera, me fui a Querétaro. Trabajé en una granja de cerdos cinco años, tuve la suerte de meter la mano, también me metí a producción de cabras, de borregos, ganado lechero. Entonces, tuve la oportunidad de meter las manos en muchas áreas de la producción animal. Pero en la granja de cerdos fueron cinco años. Tuve la paciencia de lado, después me fui a México. En el 80 y en el 80, realmente ya me integré de alguna manera y quedé como tesorero de la asociación, cuando estaba el doctor Miguel Guzmán de las Casas. Primero, para el evento, ese evento de ahí fue donde nació, se manejó todo para él y PBSB 81, que es el doctor Ramírez Necoechea, quedó el doctor Miguel, nos mandó a las casas de presidente y yo fui el tesorero durante el bienio. Y nos tocó el IPBES en el 81, que para ese no hubo congreso de AMVECA. Porque estábamos metidos con lo de la IP de pena y en ese entonces pues había una diferencia muy fuerte en todo lo que es infraestructura.
Bueno, como te mencionaba, me tocó con Miguel Guzmán manejarme primero tesorero para el congreso de AMVECA que fue en el 80, después ya quedó Miguel de presidente, Iván Bello, que fue el tesorero. Posteriormente, entró el doctor Paco Bravo de presidente y yo fui el secretario y después de Paco ya me tocó a mí ser presidente en el 85 en el congreso de Mérida. Ah, y qué decir del presidente 85-86 y salí en el 87 en el congreso que hicimos un congreso triple, porque juntamos el latinoamericano de especialistas en cerdos, juntamos el de los productores de carne de cerdo de México y metimos a AMVECA. Realmente, AMVECA fue la cabeza de las tres agrupaciones para organizar todo y esa m… pero sí. De hecho, a mí cuando me tocó a mí trabajar, cuando entraba a la sesión, las reuniones eran de 300, 350 personas. Ya el de Acapulco fueron ya más de 600. En aquel entonces fue cuando empezamos en AMVECA Acapulco en ese congreso, pero cuando empezamos a tener mejores ingresos porque ya empezamos a vender los stands, antes era todo abierto y no había la asociación. Realmente, a mí me tocó con Paco Bravo, hicimos la primera impresión de libros de la asociación. Hicimos el de enfermedades infecciosas del cerdo, que si es una impresión muy grande. Y después hizo otra también sobre inmunología del cerdo con el doctor Morillas. La primera la hizo con el doctor Stefan. Después, la segunda de biología del cerdo, fue con el doctor Toño Orilla. ¿Qué ha sido de los? Para mi gusto, de los mejores inmunólogos en cerdos que ha habido en México. Y entonces imprimimos dos libros. Mi problema fue que el que estaba de presidente, Paco, se aventó a hacer los libros, pero la deuda ya me la dejó a mí, yo tuve que pagar los libros y me tocó andar en el presente, pero promoviendo y vendiendo libros. Muchos colegas nos echaron la mano en la Universidad y en otros lugares para poder estar desplazando los libros. Finalmente, bueno, fue de lo que vivió mucho tiempo la asociación.