M.V.Z. Francisco Javier Gómez
Mi nombre es Francisco Javier Gómez Cepeda, médico veterinario egresado de la Universidad de Guadalajara. En este caso, debo decirles que fui presidente de una asociación local llamada Beko. Posteriormente, fui presidente de la Beca Nacional y del Colegio de Veterinarios de Jalisco. También, soy socio desde 1979 en Los Mochis y desde 1980 en Acapulco.
Cuando fui candidato a la presidencia en Cancún, Quintana Roo, enfrenté la resistencia de un grupo de expresidentes. El Dr. Armando Patrón, en ese entonces presidente, inicialmente no me aceptaba, pero logré participar tras superar algunas trabas. Gané la elección con 22 votos de diferencia.
Recuerdo a mis contrincantes, especialmente a Ernesto González, y cómo la elección fue intensa. Durante mi presidencia, enfrentamos desafíos económicos y devaluación, pero logramos realizar congresos en Puerto Vallarta y Manzanillo.
Hablando de mi infancia, crecí cerca de Puerto Vallarta, pastoreando puercos que alimentábamos con productos locales. Experimenté la transición de la manteca al auge de los aceites vegetales en la alimentación por la satanización del colesterol.
Después de presidir la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Cerdos (AMVEC), participé en la elección de sede para el siguiente congreso, siendo vicepresidente y presidente del comité organizador en Puerto Vallarta. Recordé a colegas fallecidos y anécdotas sobre la elección de jabalíes.
Realicé dos congresos con selecciones sui generis y destaco la importancia de elegir a personas adecuadas para los comités. Mis experiencias incluyen ser presidente del Colegio de Jalisco de Veterinarios y participar en la Federación de Profesionistas, donde compartí la importancia de comportarse según el lugar y motivé a estudiantes.
Mi gestión se enfocó en motivar a las nuevas generaciones y demostrar la unidad en nuestra profesión. Invité a estudiantes a congresos sin costo y proporcionamos alojamientos. Destacamos como una de las asociaciones más antiguas y un ejemplo de unidad en la comunidad de veterinarios.
Mis labores como presidente implicaron la selección cuidadosa de colaboradores, destacando el papel fundamental del secretario, Mario Gómez, y el tesorero, Antonio Aguilar Esparza. El comité científico, liderado por Joaquín Becerril y Gerardo Iglesias, demostró su valía, al igual que el Dr. Leonel Aro, encargado de la asamblea regional.
En el ámbito de relaciones universitarias, el Dr. López Morales coordinó exitosamente con diversas instituciones educativas, dejando un impacto positivo. Fui testigo de la transición en las políticas alimenticias y cómo la sociedad reaccionó ante la satanización de ciertos productos, como la manteca.
En mis esfuerzos por motivar a las nuevas generaciones, destaco la importancia de que los estudiantes se involucren y se sientan parte de la comunidad. La unidad y pertenencia son clave para el éxito y el avance de nuestra profesión.
Mis experiencias en la presidencia de diferentes asociaciones y la organización de congresos me han dejado lecciones valiosas sobre liderazgo, selección de equipos y adaptación a desafíos económicos y políticos. La vocación y la entrega a la profesión son aspectos que siempre he buscado promover entre colegas y estudiantes.
Espero que estas reflexiones y anécdotas sirvan como inspiración para las futuras generaciones de médicos veterinarios. La colaboración, la unidad y la pasión por nuestra labor son fundamentales para superar los retos y continuar avanzando en el campo de la medicina veterinaria. Gracias por permitirme compartir estas vivencias y reflexiones sobre mi trayectoria profesional.