libro: 17 – Capítulo III

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DR. JORGE ANTONIO MERCADILLO RODRÍGUEZ

Tercer Presidente de AMVEC

1977-1978

Dr. Jorge Antonio Mercadillo Rodríguez

Para la entrevista soy recibido con hospitalidad y cordialidad por el colega Jorge Mercadillo en su domicilio, una antigua casona de los años cincuenta de sencillo Art Decó, estilo arquitectónico a la gran moda en la ciudad de México entre los años treinta y cincuenta del siglo pasado, ubicada en la añeja Colonia Nueva Santa María, en el norte de la capital.

Jorge me recibe amablemente en la sala de su casa sentado en una silla de ruedas, debido a una grave secuela anquilosante de las vértebras de la región lumbar provocada por una vieja infección de Fiebre de Malta por Brucella melitensis, que contrajo durante su práctica como veterinario clínico en El Bajío, justo al inicio de su carrera profesional.

El médico veterinario zootecnista Jorge Antonio Mercadillo Rodríguez vio la primera luz en la ciudad de México el 21 de julio de 1940, habiendo sido sus padres el arquitecto Jorge Antonio Mercadillo Paniagua oriundo de la capital mexicana, aunque de origen zacatecano y la señora doña Alicia Rodríguez Otamendi, también nacida en México, D.F., pero de raíces guanajuatenses y chiapanecas. Nuestro biografiado fue el hijo primogénito de cuatro vástagos de la familia Mercadillo-Rodríguez, un varón y tres mujeres. Las tres hermanas menores de Jorge son: Margarita Alicia, Esther Ámbar y Elba Adriana.

Los primeros años de la vida de Jorge transcurren en la casa paterna en la calle de Río Po número 44 de la clasemediera y hermosa Colonia Cuauhtémoc, muy cercana al señorial Paseo de la Reforma. Hace sus estudios primarios entre 1948 y 1953 en la Escuela Primaria Presidente Venustiano Carranza, ubicada en aquellos años en la calle de Tíber número 68. Los estudios secundarios los lleva a cabo entre 1954 y 1956 en la Escuela Secundaria número 9, la cual formaba parte de la Escuela Nacional de Maestros ubicada en la Calzada México-Tacuba frente al ahora antiguo edificio del Colegio Militar, en el barrio de Popotla D.F. y su bachillerato lo estudia entre 1957 y 1958 en la Escuela Nacional Preparatoria número 4, albergada en el bello y elegante edificio neoclásico del siglo XVIII que fuera construido por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá como Palacio del Conde de Buenavista y que actualmente aloja el Museo de Arte de San Carlos, ubicado en la avenida Puente de Alvarado número 50.

Jorge, nostálgico comenta:

Conservo los mejores recuerdos de mis estudios en la Prepa 4. El edificio era muy bello, pues había sido en el pasado un palacio de familia de la nobleza novohispana, de doña Josefa de Pinillos condesa de Buenavista. Fue además sede de las oficinas de la Compania Tabacalera Mexicana, más tarde de la Lotería Nacional y después alojó a nuestra prepa.

La Prepa 4 fue la cuna del nacimiento del rock and roll mexicano, pues recuerdo con toda claridad que una mañana que yo llevaba mi guitarra, mis compañeros me pidieron ir al auditorio y empecé a tocar junto con los miembros de lo que sería el célebre grupo roquera Los Locos del Ritmo. Ellos concursaron en la Aficionado y ganaron el primer lugar en 1958.

Tengo vagos recuerdos de mis maestros, como la maestra Edmée Álvarez, quien me dio Literatura Española, autora de varios libros; el maestro Domínguez, que me dio Teatro. El Coronel Rojas nos impartió la cátedra de Historia, el salón de clases se abarrotaba de alumnos debido a la atractiva manera de dar su clase.

¿Cómo surgió tu vocación de veterinario?

Mi vocación por la medicina animal surgió a partir del ejemplo de mi abuelo materno, el doctor Rigoberto Rodríguez Solís. Lo admiré muchísimo, era de origen humilde. Estudio medicina y su tesis se intituló Tratamiento quirúrgico de las varices en la que describió una nueva técnica para tratarlas. Sus maestros no la conocían. Fue amigo del doctor Ignacio Morones Prieto, secretario de Salubridad y Asistencia, y director del Instituto Mexicano del Seguro Social. Mi abuelo hizo uso de la penicilina contra el treponema causal en pacientes sin remisión de síntomas enfermos del Mal del Pinto, participó en las campañas nacionales contra la brucelosis y ganó el Premio Nacional de Medicina, se lo entregó el presidente Miguel Alemán Valdés.

Fue mi abuelo Rigoberto quien me orientó hacia el área de las ciencias biomédicas. Mi vocación siempre ha sido orientada hacia la medicina porcina.

Los estudios universitarios

Jorge cuenta con entusiasmo, que una mañana fue solo al antiguo edificio de San Ildefonso en el centro de la ciudad de México que era la sede de la Escuela Nacional Preparatoria número 1 y posteriormente se inscribió en la Torre de Rectoría de CU para cursar sus estudios universitarios de Medicina Veterinaria en nuestra querida Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia, allá en el campus de San Ángel en Ciudad Universitaria en el extremo sur de la ciudad de México.

Ingresé la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM en febrero de 1959. Durante aquellas divertidas, aunque podían convertirse en terribles novatadas que todos los alumnos de primer ingreso según la más ortodoxa usanza y costumbre universitaria debíamos de sufrir, a mí no se atrevieron raparme, es decir, a cortarme el pelo, ni a bañarme, ni a pintarme, porque me supe defender; sin embargo, recuerdo con gran claridad que al año siguiente en 1960, a mí me tocó dar la novatada a los alumnos de nuevo ingreso a quienes se les llamaba “perros”. Para el colega argentino Mariano Zavaleta Arando, la novatada fue durísima, ya que lo bañamos y como eran las siete de la mañana el buen Mariano temblaba de frío, después lo llenamos de tierra y lo hicimos subir a un árbol para que nos cantara. Él iba bien vestido con traje y corbata. ¡Qué tiempos aquellos…!

Yo vivía con mi familia en esta misma casa que ahora habito y que se ubica en la calle de Plan de San Luis número 376 de esta colonia Nueva Santa María, de tal manera que tomaba un camión de la Ruta Azcapotzalco-Jamaica a la calle de Artes con Insurgentes y de ahí otro autobús que recorría todo lo largo de Insurgentes, esa larga avenida de norte a sur hasta la Ciudad Univesitaria en San Ángel.

Siempre fui un buen estudiante, con nueves y dieces. Conservo los mejores recuerdos, aún tengo frescas las travesuras estudiantiles de compañeros como Tomás Guízar, que era charro; de Jorge Basurto Bello y tantos más. Tuve excelentes maestros, entre ellos, Manuel H. Sarvide, Angelita Medina, Aline Schunemann de Aluja, Manuel Ramirez Valenzuela, Ramón Auró. El doctor Guillermo Medina me dio Clínica de Cerdos. Como parte de estos cursos íbamos en viajes de estudios y prácticas a lo que fuera el gran centro productor de cerdos de la época, La Piedad de Cabadas, en Michoacán. En uno de esos viajes fuimos inevitablemente por la noche a la famosa “Kermesse”, al salir de este lugar y por iniciativa de un compañero llamado Héctor Prida, hicimos una cooperación entre los compañeros para comprar una guitarra con el objeto de llevarle serenata a su novia, nuestra compañera Laura Martínez Balboa. Retornamos al Hotel Posada de San Sebastián, empezamos a cantar, en eso llegó la policía, nos pidió el permiso para dar la serenata y como no lo teníamos, nos llevaron a la cárcel. Tuvo que ir el maestro que iba como responsable del grupo, habló y abogó por nosotros y finalmente nos dejaron libres.

Me gradué en 1963 y presenté mi examen profesional en 1965 con la tesis: Contribución al Estudio de la Biometría Hemática del Cerdo.

El inicio de una brillante y fructífera carrera como veterinario en México y en el extranjero

El doctor Mercadillo inició su larga práctica profesional en 1964, primeramente como responsable de los Servicios Técnicos de la Brigada de Promoción Agropecuaria número 12 de la Secretaría de Educación Pública en San Luis de la Paz y en Apaseo el Grande, Guanajuato. Inició una clínica privada en bovinos y porcinos y una farmacia veterinaria en Apaseo el Grande y áreas colindantes.

Es maestro de Biologia a nivel de secundaria y preparatoria en Celaya y para 1970 ingresa a Elanco como Coordinador de Servicios Técnicos. En 1974 asciende a la posición de gerente de Producto de la Línea de Cerdos. De esta posición pasa a Tuco, División de Salud Animal de Upjohn. A partir de aquí el colega Mercadillo continuó con una meteorica y larga carrera de alta administración de empresa, ya que en 1980 es enviado como expatriado en un hecho poca usual para esa época a laborar en Kalamazoo, Michigan, Estados Unidos, como gerente de Servicios Técnicos Internacionales de Upjohn Internacional, para pasar a las áreas de mercadotecnia, comercial y de venta en la década de los noventa. Es nombrado gerente general de Pharmacia & Upjohn Animal Health, México, antes Upjohn. En 1997 pasa a la Gerencia General de Laboratorios Vrot y después es nombrado gerente general de Ecosalud.

En lo gremial, fue miembro, secretario, tesorero, vicepresidente y presidente de la Cámara de la Industria Farmacéutica Veterinaria de México (IN FARVET). Es miembro de diversas asociaciones de especialistas entre ellas, la Asociación Nacional de Especialistas en Ciencias Avícolas (ANECA) y por supuesto de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos (AMVEC), de la chan fue presidente entre 1977 y 1978.

Tomó numerosos cursos de capacitación y superación personal y profesional a lo largo de su vida, entre ellos, un diplomado para ejecutivos en la Escuela Ivey de Administración de la Universidad de Western Ontario, Canadá.

En el área técnico-científica ha publicado más de 31 trabajos sobre enfermedades de los cerdos y sobre Zootecnia Porcina en revistas mexicanas, latinoamericanas, estadounidenses e internacionales. Jorge ha sido además un asiduo participante en numerosos congresos, convenciones y reuniones en Medicina Veterinaria a lo del largo transcurrir de su vida profesional. Además, es recipiente de El Jabalí de Oro, que recibió de manos del maestro Alfredo Téllez Girón en 1975 por su trabajo intitulado: Estenosis Aguda del Cerdo, enfermedad que se reportaba por vez primera en México.

¿Cómo ha sido tu vida familiar?

Jorge responde con un rostro iluminado por la satisfacción y la tranquilidad:

He vivido una vida plena y fructífera tanto familiar como profesional. Me casé tres veces. Mi primera esposa fue la señora Norma Cervera, con quien procreamos cuatro hijos: Hilda, Norma, Jorge y Alejandra, quienes me han dado cuatro nietos: Paola, Daniela, Ivana y Emiliano.

Al separarme de Norma y al paso de los años, me casé con la señora Citlali Fontana Limón; y después, en terceras nupcias, uní mi vida con la señora Marisela Rodríguez.

Ahora vivo solo en compañía de mi padre que tiene una salud remarcable para sus 91 años de edad.

Gestión del doctor Jorge Mercadillo Rodríguez

como Tercer Presidente de AMVEC

1977-1978.

El doctor Jorge Mercadillo fue el tercer presidente electo para dirigir los destinos de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos para el bienio 1977- 1978. Jorge recibió la responsabilidad de manos del doctor Ramiro Ramírez Necoechea durante la XII Convención de AMVEC que se llevó a cabo en León, Guanajuato, en 1976.

El doctor Mercadillo, junto con su mesa directiva, organizaron dos convenciones, la XIII en México, D.F., del 6 al 10 de septiembre de 1977 y la XIV Convención Nacional de AMVEC en Los Mochis, Sinaloa, del 29 al 30 de abril de 1978.

Jorge narra:

Recibí los libros de AMVEC en números rojos. El inicio fue muy difícil pues carecíamos de recursos para funcionar. Debido a esta situación decidimos hacer una fiesta para recaudar fondos y además organizamos una rifa de un juego de aparatos para hacer fondue y de un tocadiscos portátil. Miguel Guzmán de las Casas consiguió la casa de unos familiares de él para hacer la fiesta. Los boletos se vendieron principalmente entre los colegas de la industria farmacéutica. Fue todo un éxito y con ello pudimos arrancar mi gestión. Agradezco mucho el apoyo y la colaboración de algunos de los miembros integrantes de mis mesas directivas, entre quienes estuvieron: Jorge López Morales, Miguel Guzmán de las Casas, José Villaseñor Michel, Jorge Basurto Bello y otros más.

Durante la XIII Convención de AMVEC que llevamos a cabo en Los Mochis, me dio mucho gusto recibir a colegas de gran trayectoria dentro de nuestra asociación como el doctor Jorge Rivera Cruz, el doctor Miguel Garibay, Juan Manuel Maya. Fue la primera ocasion que se enviaron invitaciones dirigidas a las esposas y a las acompañantes de los convencionistas.

Fue para mí un gran honor y una profunda satisfacción haber servido a mis colegas y amigos de la Asociación Mexicana de Veterinarios Especialistas en Cerdos.