DR. MARCO ANTONIO CARVAJAL VELÁZQUEZ
Vigésimo primer Presidente de AMVEC
2013-2015
Sus raíces
El médico veterinario zootecnista Marco Antonio Carvajal Velázquez nace en la ciudad de Tehuacán, Puebla, el día de Nuestra Señora de la Candelaria, es decir, el 2 de febrero de 1961. La antigua villa de Tehuacán y el vasto valle que la alberga, tienen por antecedentes haber sido la cuna del maíz, ya que en cuevas de sus montañas aledañas se han encontrado pequeñas espigas y mazorcas fósiles del Zea mays que datan de más siete mil años antes de Cristo. Este cereal fue cultivado y domesticado por culturas primitivas, ancestros de los popolocas, etnia coetánea a los mexicas.
Los progenitores de nuestro biografiado fueron el señor Jerónimo Manuel Carvajal Olmos, oriundo de Teotitlán del Camino, ahora Teotitlán de Flores Magón, Puebla. Don Jerónimo tuvo como actividad principal el haber sido avicultor fundador de una granja de gallinas de postura, que llegó a manejar más de 500 mil aves en la población de Pino Suárez, muy cercana a Tehuacán. El señor Carvajal, ahora retirado, cuenta actualmente con ochenta años de edad gozando de una buena y razonable salud. La madre de Marco Antonio fue la señora Genoveva Velázquez Montiel, oriunda de San Pedro Azcapotzaltongo, ahora conocido como Villa Nicolás Romero, Estado de México, población ubicada al noroeste de la ciudad de México. Doña Genoveva, dedicada al hogar, falleció en 1985 a los setenta años de edad.
El matrimonio Carvajal-Velázquez procreó a cinco vástagos. Ellos son: Marco Antonio, nuestro biografiado de 51 años; Marissa, de 50 años, decoradora de profesión; Sonia, de 40 años, dedicada la hogar; Rocío, de 46 años, dedicada también al hogar; y el más joven, Fernando, de 43 años, de profesión agricultor en el Valle de Tehuacán.
Las primeras letras
Marco Antonio cursó su formación preescolar y el primer año de la escuela primaria en el Centro Escolar Venustiano Carranza y el resto de los estudios primarios y la secundaria, los estudió en la Escuela John F. Kennedy de Tehuacán. El bachillerato lo cursó en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de Vallejo en la ciudad de México. Retornó a su ciudad natal para estudiar en el Instituto Tecnológico Regional de Tehuacán, del cual egresó como técnico laboratorista químico.
Estudios universitarios
Marco Antonio, como muchos jóvenes poblanos y estudiantes de otros estados de la república mexicana de aquellos años, se matriculó en 1981 en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Veracruzana, ubicada en el hermoso Puerto de Veracruz.
¿Qué recuerdos tiene de sus tiempos estudiantiles en la Facultad de Medicina Veterinaria de Veracruz?
Marco responde con entusiasmo y añoranza:
Han sido los mejores años que he vivido como estudiante. El ambiente estudiantil jarocho es único e inigualable. Había además un muy buen ambiente de estudio y de trabajo.
Una imagen que no olvido es que cuando había “Norte», el viento soplaba tan intensamente que la arena de las dunas vecinas a nuestra escuela, que se hallaba sobre una colina en la parte norte de la ciudad, penetraba dentro de los salones de clase.
Tengo recuerdos indelebles de muchos profesores. Recuerdo al doctor Arturo Mario Loyo, que nos dio Patología General y Enfermedades Infecciosa Bacterianas. El doctor Augusto Mancisidor nos impartió la Cátedra de Inmunología. El doctor Gregorio Uscanga Laria nos dio Genética y Reproducción Animal y Ginecología Veterinaria.
Todos los estudiantes sabíamos de la importancia de estudiar y aprobar Anatomía Descriptiva. Esta materia era el gran filtro. La reprobaba el cincuenta por ciento de los alumnos. Esta asignatura nos la impartió el doctor Robledo. Anatomía Topográfica era el segundo gran filtro. Hacia el final de mis estudios, el director de la facultad era el doctor Uscanga.
La generación a la cual pertenezco estaba compuesta por cuarenta y cuatro alumnos. De ella sólo cuatro eran originarios del estado de Veracruz. El resto éramos de Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Yucatán, Estado de México y de estados tan lejanos como Sonora. Además, tuvimos condiscípulos de países como Costa Rica, El Salvador y de otros países de Centroamérica. Había tres grupos en el mismo semestre. El grupo Uno era el de los alumnos con mejores promedios, sin embargo, los alumnos del grupo Dos obtuvimos al final de la carrera los mejores promedios.
Obtuve el segundo lugar y fui candidato a la Mención Honorífica en 1985, pero no la obtuve porque tuve una materia que aprobé en examen extraordinario.
Fuimos muy unidos y muy fiesteros. Organizamos fiestas en una discoteca y de esta manera obteníamos recursos para nosotros. La fiesta de graduación la llevamos a cabo en el Centro Libanés del puerto jarocho. Hasta la fecha mis compañeros de generación aún nos seguimos viendo.
Mi tesis de licenciatura se intituló: Evaluación de un sistema de alimentación en cerdas gestantes con ensilaje de sorgo forrajero más una suplemento protéico comparado contra un sistema tradicional.
El inicio de una exitosa carrera profesional
El doctor Carvajal inició su carrera profesional laborando en un negocio familiar, es decir, en una granja de cerdos que su familia tenía en la población de Pino Suárez, ubicada a unos pocos kilómetros de distancia de la ciudad de Tehuacán. Dicha granja porcina llamada Los Cinco Hermanos, llegó a manejar quinientas cerdas de vientre. Nuestro biografiado se dedicó a trabajarla habiendo sido el responsable de la salud de los animales, de los aspectos productivos y de la administración de la granja de 1985 a 1993.
Marco comenta adusto:
Todo iba muy bien, sin embargo, en una de las tantas crisis de la porcicultura nacional provocada por bajos precios de la carne de cerdo, enfrentamos problemas económicos. Llegó el momento en que el negocio no daba para sostener a toda la familia. Yo ya estaba casado. Hablé con mi padre y con mi familia y tomé la decisión de dejar la granja familiar y empecé a trabajar dando servicio técnico a tres granjas porcinas de la zona y para una granja de genética ubicada en Cuayucatepec, Puebla, llamada Oro Vivo y para sus clientes.
Como veterinario clínico de campo llegó el momento que tuve nueve granjas porcícolas bajo mi responsabilidad en la zona tehuacanera y sus alrededores. Además, laboraba para la Asociación de Porcicultores de Tehuacán. Fui director de la Unión Ganadera Regional de Porcicultores de Puebla, la cual me tocó armar y apoyar en su organización con la coordinación del ingeniero Antonio Canaan Sasia. Trabajé asimismo dando servicio técnico al Comité de Fomento Pecuario del estado de Puebla y finalmente proveí asesoría técnica a la Fundación Puebla Produce.
Para eso, en marzo de 1999 recibí una llamada del doctor Jesús López de la empresa Elanco, del área de Servicios Técnicos en el Departamento de Cerdos. El doctor López a manera de reto me dijo que metiera mis papeles para ver si mi perfil podía cubrir el puesto como consultor técnico en cerdos en la mencionada empresa para México y América Latina. Metí mis papeles a Elanco y no hice mayor seguimiento.
Un incidente que le cambió la vida
Un día y debido a un conato de accidente carretero cambié de opinión. En realidad tenía mucho trabajo y me iba bien como veterinario clínico independiente, sin embargo, carecía de seguridad social y de seguro médico para mi familia y para mí. Una mañana conduciendo en una carretera de dos carriles cerca de Tehuacán, súbitamente al salir de una curva me encontré frente a dos vehículos. Salí afortunadamente bien librado. Este enorme susto y grave advertencia me hicieron reflexionar sobre tomar una posición de trabajo en una empresa privada.
Fue el primero de julio de 1999 que ingresé a laborar en Elanco, con responsabilidad en México en las zonas centro sur y centro occidental, es decir, en zonas de alta concentración de cerdos y por consecuencia con una severa incidencia de enfermedades porcinas. Además, me asignaron para dar servicio técnico-científico en Colombia y Venezuela y por extensión a Brasil, Panamá, República Dominicana, etcétera.
Mis funciones en la compañía para la cual laboro desde hace ya trece años, son fundamentalmente técnicas y científicas. Yo no sé vender. Gran parte de mi responsabilidad es identificar áreas de oportunidad en las granjas porcinas de nuestros usuarios y clientes. Todo esto con el objeto de optimizar la producción en las vertientes de la genética, manejo, instalaciones y enfermedades. En la gran mayoría de los casos se cometen errores de manejo que conducen a problemas patológicos y a la disminución de la productividad. La piedra angular de nuestra labor cotidiana es el implementar un buen manejo. Sin él, nos precipitamos a las patologías.
Estudios de postgrado
Nuestro biografiado cursó la Especialidad en Producción Animal: Cerdos, en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México de 1987 a 1989. Fue en ocasión de una generación única que coordinó el doctor Ramiro Ramirez Necoechea.
Posteriormente, de 1995 a 1998, el doctor Carvajal hizo estudios de Maestría a Distancia cursando el Master en Patología y Producción Porcina en la Universidad Autónoma de Barcelona en el hermoso Campus de Bellaterra en Cataluña, España. Fue en el tiempo en que el doctor Carlos Pijoan fungió como coordinador de esta maestría, durante un año sabático que tomó este distinguido académico e investigador mexicano. Se trataba de un sistema semiabierto en el que el alumno debía ir a Barcelona durante dos semanas cada tres meses, pero con la opción de hacerlo en el doble de tiempo. Fue gracias a esta flexibilidad que nuestro biografiado pudo estudiar y obtener su maestría.
Marco Antonio acota:
Mi tesina se intituló: Erradicación de la enfermedad de Aujeszky con una vacuna inactivada G1. El doctor Carlos Pijoan fue mi director.
Esta maestría fue para mí una enriquecedora y excepcional experiencia, pues el doctor Pijoan fue un investigador único, extraordinario e irrepetible. Él cuestionaba todo. Nos enseñó a pensar y a reflexionar. A poner en duda todo. A no aceptar todo lo que nos digan, tratando siempre de llegar a una respuesta y explicación lógica. A no aceptar conceptos sólo porque los diga una autoridad científica superior o un investigador extranjero de gran reputación.
El Pater familias y su entorno familiar.
El doctor Carvajal está felizmente casado con la señora María Inés López Lara, originaria de Orizaba, Veracruz, criada en Guadalajara, Jalisco,y casada en Tehuacán, Puebla.
Marco Antonio, con un rostro pleno y una mirada llena de felicidad comenta:
María Inés era compañera en la prepa de mi hermana Rocío en Tehuacán. Ella organizó una fiesta en casa de mis papás y fue ahí que la conocí. Yo tenía 21 años y María Inéz tenía 15 años. En ese día que la conocí le dije que me iba a casar con ella, lo cual ocurrió tres años después. Nos casamos el 28 de septiembre de 1985.
Nuestro hijo primogénito Marco Antonio nació en 1986. Es médico cirujano graduado con honores en la Universidad de Guanajuato. Actualmente estudia la Especialidad en Pediatría en el Instituto Nacional de Pediatría, antes conocido como IMAN, es decir, el Instituto Mexicano de Atención a la Niñez, en el Distrito Federal. Su esposa es la señora Sandy Sanromán. Ambos nos han regalado un nieto que nació el pasado octubre y quien porta también el nombre de Marco Antonio. Cuando en una familia hay varias generaciones en las que un miembro de la familia porta el mismo nombre, esto la convierte entonces en una dinastía.
Después siguió nuestra hija Lizette, nacida en 1987, ahora de 25 años. Vive y trabaja en Tehuacán. Es licenciada en Psicología con especialidad en Psicología Familiar por la Universidad La Salle de León, Guanajuato. Está casada y espera un bebé para enero de 2013. Nuestra futura nieta se va a llamar Mariana.
Finalmente, nuestro tercer y último vástago es José Manuel, nacido en 1991. Ahora de 21 años de edad. Estudia para ser ingeniero mecánico electricista en la Universidad Iberoamericana de León, Guanajuato. Él es altamente competitivo. Posee una mente matemática. Ha concursado y ganado primeros lugares en competencias a nivel nacional. Además, toca instrumentos musicales como la guitarra, el órgano y la batería.
Una vida feliz y llena de plenitud
Los ojos de Marco se iluminan y se llenan de satisfacción:
Llevo veintisiete años casado con mi mujer. Los cumplimos el pasado 28 de septiembre. Me casé con una mujer inteligente. Mis hijos son como son gracias a mi esposa. Como mujer de veterinario de industria, Maria Inés es una de las “Viudas de Elanco». En mi constante viajar y ausentarse de casa, ella ha tenido que ser autosuficiente. Ha debido tomar decisiones, ser independiente, administradora y psicóloga para entender a un marido veterinario y para criar a tres hijos para llevarlos por el buen camino.
Gestión del doctor Marco Antonio Carvajal
Velázquez Vigésimo primer Presidente de AMVEC
2012-2015
Entrevista al doctor Marco Antonio Carvajal, actual vicepresidente en funciones de AMVEC, quien tomará posesión de la presidencia de la mencionada asociación el próximo mes de julio de 2013, durante el xlix Congreso Nacional de AMVEC, el cual se llevará a cabo probablemente en el puerto de Mazatlán, Sinaloa.
¿Cuándo y cómo fue su primer contacto con AMVEC?
La mirada y el rostro de Marco denotan determinación y seguridad:
Me crié, crecí y viví en una granja avícola hasta los doce años de edad en la pequeña población de Pino Suárez, en el estado de Puebla. Me siento profundamente identificado con el campo y con su gente. Mis amigos y compañeritos de infancia fueron los hijos de campesinos que trabajaban en la granja familiar. Además, de niño y de joven trabajé en ella para ayudar a mi familia. Siempre me he sentido cercano y ligado al campo y al medio rural.
El primer contacto y la primera experiencia que tuve con AMVEC, fue cuando yo estaba cursando mi especialidad en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM con el doctor Ramiro Ramírez Necoechea en 1987. Fue él quien nos conminó y motivó a hacer una comunicación para presentarla y publicarla durante un congreso de AMVEC. En ese entonces yo fungia como el soporte técnico de la Asociación de Porcicultores de Tehuacán en el área de las Campañas Sanitarias, específicamente en la campaña contra la Fiebre Porcina Clásica y en la de Aujeszky. Mis primeras publicaciones en AMVEC fueron sobre los avances logrados en las mencionadas campañas.
El primer congreso de AMVEC en el cual participé fue en el de Morelia en 1989. De ahí a la fecha he participado prácticamente en todas las convenciones de nuestra asociación, con excepción de una o dos.
Empecé a colaborar en cargos de responsabilidad durante la presidencia del colega Abel Ciprián, como representante de AMVEC Puebla, en mi función de coordinador de las campañas sanitarias. Fui secretario durante periodo del doctor Primo Molina y durante la presidencia de la doctora Laura Batista.
A continuación fui coordinador del Comité Científico durante la presidencia del doctor Héctor Quiles y me eligieron vicepresidente durante el xlvi Congreso en Puerto Vallarta el año pasado, es decir, en 2011.
Tomaré posesión al frente de los destinos de nuestra asociación en 2013 y me tocará organizar el XLIX y el L congreso.
¿Qué planes y proyectos tiene para su gestión?
Mi lema será: “¡Una sola AMVEC!”
Al paso del tiempo, las AMVECS Regionales se consideran independientes de la asociación madre que es AMVEC, al grado que una membresía regional no es válida para AMVEC nacional y viceversa. AMVEC debe ser una sola asociación apoyada por las AMVECs regionales.
Percibo y veo dos áreas de oportunidades muy fuertes y factibles. Una fuerza centrífuga. Una AMVEC hacia afuera y su entorno.
Fortalecer nuestras relaciones con instituciones de gobierno, como SAGARPA principalmente, con delegaciones estatales y con delegaciones a nivel municipal.
Asimismo, AMVEC debe fortalecer relaciones con instituciones educativas, con centros de investigación universitarios y de otra índole y con asociaciones de especialistas de veterinarios y otras profesiones, así como con asociaciones internacionales de especialistas en cerdos, como ANAPORC de España, con la AASV, es decir, con la American Association of Swine Veterinarians, con asociaciones hermanas en América Latina, por ejemplo, con Venezuela o Colombia.
Es necesario rehacer contacto con la prensa especializada, con las revistas de difusión del rubro.
Ahora bien, en lo que concierne a AMVEC hacia adentro, es decir, una AMVEC centrípeta deseo retomar y redefinir en una reunión de trabajo sobre Planeación Estratégica, nuestra Misión y nuestra Visión, los Objetivos y los Valores de AMVEC.
Debemos redefinirnos como veterinarios especialistas en cerdos. Esta debe ser la piedra angular y a partir de esta redefinición debemos trabajar en los estatutos. Necesitamos además, redactar y establecer un Reglamento de Operaciones del cual carecemos.
No podemos seguir trabajando sustentados en criterios subjetivos unilaterales de unos y otros. Es necesario que todos trabajemos sobre bases claras y sólidas.
Otra área vital será la comunicación interna. Es fundamental que todos estemos enterados de lo que se está haciendo. Que haya interacción para cuestionar y apoyar.
¿Cómo pretende hacerlo?
Estableceremos un consejo directivo plural compuesto por todas las AMVECS regionales, con representantes en los diferentes puestos de la mesa directiva. Es mi intención que estos puestos sean uno o dos por colegas jóvenes, pero con experiencia, que de preferencia ya hayan participado previamente cargos gremiales y, por supuesto, que haya equidad de género. Incluiremos colegas mujeres. ¡Necesitamos renovarnos!
Requerimos del dinamismo y de las ideas de la gente joven, sobre todo, con el objeto de empezar a formar a nuestros sucesores dentro de AMVEC, pues con el paso inexorable del tiempo, algunos nos estamos haciendo viejos.
Se nombrarán los puestos de presidente, secretario, tesorero y de coordinador del comité científico. Sin embargo, para las demás comisiones, exigiremos el reporte de actividades de manera mensual, el cual será publicado en la página electrónica de AMVEC. En caso de que algún representante no presente su informe en tiempo y forma en dos ocasiones consecutivas, será sustituido.
Prefiero ser criticado por mis acciones o por lo que hice, y no por lo que no hice o debí haber hecho.